Todo lo que debes saber sobre las regresiones del sueño en bebés
Para los padres, especialmente los primerizos, las noches de sueño pueden convertirse en un auténtico misterio casi imposible de resolver. Justo cuando parece que estás empezando a comprender el ritmo de sueño de tu bebé, ocurre algo inesperado y deja de dormir tan bien como solía hacerlo.
Este momento puede ser frustrante, porque no entiendes si tiene calor, frío, hambre o si se encuentra mal, pero tranquilo, simplemente está sufriendo una crisis de regresión del sueño.
En este post, te contamos todo sobre qué son las regresiones del sueño y qué puedes hacer para controlarlas.
¿Qué son las regresiones del sueño y cuáles son sus causas?
La regresión del sueño es un período en el que un bebé deja de dormir de manera continua o como solía hacerlo, comienza a despertarse en mitad de la noche más de lo habitual y le cuesta volver a quedarse dormido. En estas etapas, los bebés suelen estar más irritables y se enfadan con mayor facilidad.
Las crisis del sueño en los niños coinciden con fases en las que están alcanzando nuevos hitos en su desarrollo neurológico, por ejemplo, aprender a gatear. Sin embargo, también pueden darse por situaciones que causen estrés en la vivienda familiar como un cambio de rutina, o simplemente por malestar del pequeño como cólicos o dolor de encías a causa de los primeros dientes.
¿Cuánto tiempo duran?
Las “crisis del sueño” son temporales, pero pueden durar semanas o meses. Esto dependerá de la situación particular en la que se encuentre el bebé.
Cada niño es único, y estas fases dependen del desarrollo y maduración cerebral. De hecho, hay algunos niños que no experimentan regresiones en su patrón de sueño.
¿Cuáles son las principales edades en las que se dan?
Estas fases en las que tu hijo tiene problemas para dormir son bastante comunes mientras se encuentra en la primera infancia, principalmente hasta que cumplen los dos años.
Regresión del sueño a las 6 semanas
Coincide con una etapa de crecimiento que viene acompañada de una crisis de lactancia en la que el bebé crece más rápidamente y su alimentación va cambiando para adaptarse a sus nuevas necesidades.
Además, el pequeño empieza a interactuar con su entorno, lo que provoca una mayor excitación en él. Esta sobreestimulación en el niño hace que se irrite y esté tan cansado que le cueste quedarse dormido.
Regresión del sueño a los 3-4 meses
A partir de los 3-4 meses, el patrón de sueño se vuelve más estable y predecible debido a que se comienza a establecer un ritmo circadiano. Durante este período, se observa un aumento de la duración del sueño nocturno y se regula el número de siestas y el horario de estas.
Sin embargo, el sueño se encuentra en plena evolución, ya que las fases del sueño pasan de ser tres (fase de sueño activo, fase de sueño tranquilo y fase de sueño indiferenciado) a ser cuatro (sueño no REM que incluye las fases 1, 2 y 3, y sueño REM). Este cambio en las fases del sueño hace que se produzca un mayor número de despertares entre ellas hasta que el bebé se adapte al nuevo patrón de sueño.
Regresión del sueño a los 8 meses
En esta etapa, tu bebé está experimentando grandes cambios tanto físicos como emocionales y cognitivos. A esta edad, ya tienen una gran habilidad motora y la mayoría de niños comienzan a gatear o pueden empezar a ponerse de pie. En ocasiones, se despiertan y quieren practicar sus nuevos logros alcanzados, aunque al mismo tiempo están cansados, lo que provoca irritabilidad y llanto.
Además, comienza la ansiedad por separación de los padres, ya que empiezan a ser conscientes de que hay momentos del día en los que te ausentas y temen que no vuelvas. Esto también puede afectar al sueño, porque quieren estar contigo en todo momento, de tal forma que incluso para dormir necesitan tenerte cerca o contacto directo contigo.
Regresión del sueño a los 12 meses
Cuando cumplen el año, los bebés suelen comenzar a dar sus primeros pasos, ya sea solos o con ayuda, lo que les hace más autónomos y aumenta la motivación y curiosidad por el entorno, provocando que les cueste más estar tranquilos.
En esta etapa, comienzan a ser conscientes de las situaciones y reacciones que tenemos las personas que estamos a su alrededor a cómo se comportan. Por ejemplo, si hacen algo gracioso y ven que nos hemos reído, tenderán a repetirlo continuamente. A esto podemos añadir que comienzan a negarse a dormir, ya que lo consideran una pérdida de tiempo porque podrían estar jugando o explorando el entorno en su lugar.
Por último, el estar entretenidos con juegos y aumentar su gasto energético con la actividad física, provoca que en ocasiones coman menos durante el día de lo que realmente necesitarían, compensando esta falta de aporte calórico durante la noche, aumentando las tomas nocturnas.
Regresión del sueño a los 18 meses
Cuando los bebés cumplen un año y medio aparece un repunte de la ansiedad por separación. Además, empiezan a decir sus primeras palabras, comenzando a expresar de una forma más clara lo que quieren y lo que no quieren.
En esta fase, se reduce la cantidad de siestas, pasando de dos a sólo una y, en esta transición, puede que les cueste dormirlas o que sean de menor duración de lo que deberían, lo que daría lugar a un excesivo cansancio hasta que se acostumbran a esta nueva rutina de sueño. Algunos pequeños tardan más en acostumbrarse llegando muy cansados a la noche. Este cansancio extremo puede provocar que les cueste más relajarse tal y como ocurría en regresiones anteriores.
Regresión del sueño a los 24 meses
En esta etapa se acentúa la personalidad del bebé aumentando las peleas y las rabietas, que comenzaron a los 18 meses, por no querer ir a la cama si hay algo que les produzca más interés.
Además, los niños comienzan a tener los primeros miedos, por ejemplo, a la oscuridad o a los monstruos. Esto puedecausar que tengan pesadillas y no quieran separarse de los padres durante la noche, aumentando su apego a dormir con ellos.
Trucos para tratar las crisis del sueño en las distintas etapas
Por lo general, estas etapas en las que a los bebés les cuesta más dormir no se pueden evitar. Sin embargo, hay algunos trucos que te ayudarán a controlarlas:
- Seguir horarios y establecer unas rutinas claras en las que el niño sea consciente de las horas a las que tiene que dormir.
- Evitar las actividades que estimulen a tu bebé justo antes de dormir.
- Observar los signos de sueño y favorecer que duerma cuando aparecen.
- Darle un baño antes de dormir para que se relaje.
- Introducir nuevas técnicas para que le resulte interesante irse a dormir. Por ejemplo, leer cuentos o cantar nanas.
- Regular la temperatura y la luz de la habitación del bebé para crear un ambiente acogedor que invite a dormir.
Al final, las regresiones del sueño son otra faceta de la desafiante experiencia de ser padres. Puede ser una etapa difícil de gestionar, pero hay que recordar que es temporal y que todo volverá a la calma.
Cada niño es único, por lo que no te frustres si las técnicas que han usado otros padres a ti no te funcionan. Lo mejor es que consultes con un pediatra para que te proporcione una atención personalizada. En Europediatría, ofrecemos un servicio de calidad y totalmente especializado. Contacta con nosotros mediante el formulario, el teléfono o e-mail. Estaremos encantados de ayudarte con la salud y el sueño de tus pequeños.
Escrito por Dr. Virginia Martínez
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