Bebé tosiendo o estornudando
Bebé tosiendo o estornudando

Tos ferina en bebés y niños: guía para padres

El principal objetivo de los padres es cuidar del bienestar y la salud de sus hijos. Sin embargo, en ocasiones hay que enfrentarse a desafíos que nos hacen replantearnos si estamos tomando las medidas necesarias para mantener a nuestros pequeños sanos.

Uno de esos desafíos es la tos ferina, una enfermedad altamente contagiosa que puede tener consecuencias graves en bebés y niños pequeños. Principalmente si no están vacunados o lo están parcialmente.

Seguramente hayas escuchado hablar de ella, pero ¿realmente sabes en qué consiste y cómo les afecta? Si no es así, no te preocupes, en este post hemos creado una guía con toda la información que necesitas saber sobre ella.

¿Qué es la tos ferina?

La tos ferina (o tosferina), también conocida como coqueluche, tos quintosa o convulsa, es una infección que afecta tanto a las vías respiratorias como a los pulmones. Es causada por la bacteria Bordetella pertussis y afecta principalmente a bebés con menos de 6 meses que no tienen la pauta completa de vacunación, a personas inmunodeprimidas o adultos cuya inmunidad vacunal se está reduciendo.

Esta enfermedad provoca accesos de tos muy característicos (es decir tos repetida y de inicio repentino), en salvas, en número de 5 aproximadamente, que suelen finalizar con una inspiración profunda con sonido similar a un silbido o gallo, y que puede acompañarse de vómito. Estos accesos de tos se producen con mayor frecuencia durante la noche o con la risa o el llanto, presentando una apariencia normal entre los accesos en los casos leves.

¿Cómo se contagia?

La tos ferina tiene un porcentaje de contagiosidad muy alto, el contagio se produce por contacto directo con la persona que tenga la infección. Las personas que padecen esta enfermedad suelen transmitirla al hablar, toser o estornudar cerca de otras personas.

El 80% de los casos de tos ferina en bebés se da por contagio de sus propios padres, hermanos u otras personas que pasan tiempo con ellos, ya que hasta el 25% de los adultos pueden presentar síntomas leves o incluso ser asintomáticos.

Síntomas de la tos ferina en bebés  y niños

Es muy importante tener en cuenta que los primeros síntomas pueden confundirse con un resfriado común o catarro, ya que suele haber congestión nasal, mucosidad, tos seca leve, estornudos, e incluso fiebre baja.  Este período inicial suele durar entre 1 y 2 semanas, sin embargo, suele ser el de mayor contagiosidad.

Los primeros síntomas de la tosferina suelen aparecer en torno a 7-10 días después de que el bebé o el niño estuviera expuesto a la persona infectada, aunque en algunas ocasiones pueden tardar hasta 3 semanas en manifestarse.

A partir de los 14 días la infección se suele complicar. Los bebés y niños comienzan a tener ataques de tos en salvas tras los cuales se produce una inspiración profunda con un sonido de estridor o “gallo”. Después puede seguir un nuevo acceso de tos.

Durante estos episodios, los niños pueden experimentar vómitos, congestión facial o cianosis e incluso complicaciones respiratorias, como pausas de apnea. Además, tras el acceso de tos pueden presentar mucho cansancio.

Estos accesos de tos pueden durar hasta 6 semanas, sin embargo, pueden pasar meses hasta que se encuentren completamente recuperados. Por lo que cualquier infección respiratoria podría provocar que el niño empeorase de nuevo.

Además de los síntomas comunes, pueden surgir una serie de complicaciones (más frecuentes y graves en bebés menores de 6 meses) y por ello es tan importante su prevención: otitis, neumonía, pérdida de peso, alteraciones en el sueño, hemorragias conjuntivales y nasales, convulsiones, encefalitis, insuficiencia respiratoria, apneas, o incluso muerte súbita.

¿Cuándo debes acudir al pediatra?

Es fundamental que la tosferina en bebés y niños se diagnostique durante la primera fase (cuando tienen los síntomas de un catarro) para comenzar lo antes posible con el tratamiento, con el objetivo de reducir la intensidad, duración de los síntomas y su contagiosidad.

Si tu hijo presenta alguno de los siguientes síntomas, debes acudir al médico:

  •  La tos provoca que los labios y la piel adquieran un tono azulado, lo que indica falta de oxígeno.
  •   Períodos de apnea durante la tos.
  •   Deshidratación.
  •  Convulsiones.
  •   Fiebre alta que cuesta controlar con antitérmico.
  •  Vómitos frecuentes.

¿Cuál es el tratamiento de la tosferina en bebés y niños?

La tosferina se trata con antibiótico, siendo este más efectivo cuando se administra en las primeras fases de la enfermedad.

El antibiótico prescrito por el pediatra detendrá la infección, mejorando los síntomas de forma progresiva. Es muy importante tener en cuenta que los jarabes para la tos NO se deben usar para combatir la tos de coqueluche.

Los bebés y niños más pequeños que padecen tos ferina tienen mayor riesgo de ser hospitalizados, ya que su sistema inmune está aún en desarrollo. La hospitalización ocurre principalmente en bebés menores de 6 meses y durante la misma se les monitorizará la respiración, se vigilará la alimentación y en los casos necesarios se les administrará oxígeno suplementario u otro soporte respiratorio en los pacientes más graves.

A aquellos niños que estén deshidratados o tengan problemas para comer, se les administrarán los líquidos necesarios por vía intravenosa.

¿Cómo pueden ayudar los padres?

Si tu hijo está siguiendo un tratamiento para la tosferina, es esencial que sigas las instrucciones médicas a la perfección:

  •  Favorece el descanso del niño buscando la posición adecuada para mejorar los ataques de tos.
  • Evita sustancias que puedan favorecer un nuevo ataque de tos, como aerosoles o tabaco.
  •  Utiliza un nebulizador con suero frío para disminuir la inflamación de sus vías respiratorias.
  •  Ofrece al niño raciones pequeñas de comida con más frecuencia para prevenir los vómitos.
  •  Anímalo a beber líquidos de forma frecuente para evitar la deshidratación.

¿Se puede prevenir la tosferina?

Además de cuidar las medidas de higiene (usar pañuelos desechables, toser en la parte interior del codo, lavarse las manos antes de tocar al bebé…) la mejor manera de proteger a tu hijo de esta infección es con la vacuna DTPa o la vacuna hexavalente.

Se recomienda que la vacuna de la tos ferina en bebés y niños se administre en 4 dosis:

  • La primera dosis a los 2 meses
  • La segunda dosis a los 4 meses
  • La tercera dosis a los 11 meses
  • Dosis de refuerzo a los 6 años

Además, es recomendable que los mayores de 65 años o adultos que tengan contacto con niños pequeños reciban una dosis de refuerzo para prevenir contagios.

Las embarazadas deben recibir una dosis a partir de la 27 semana de gestación (preferiblemente en las semanas 27 o 28) para prevenir contagios en el recién nacido tal y como indica el Ministerio de Sanidad.

En conclusión, la tos ferina es una enfermedad muy contagiosa que tiene un gran impacto en la salud infantil. Cada niño es único y esta infección puede afectarles de diferentes formas, por lo que a la mínima sospecha no dudes en acudir a un profesional.

En Europediatría ofrecemos un servicio de calidad y totalmente personalizado. Contacta con nosotros mediante el formulario, el teléfono o el e-mail. Estaremos encantados de ayudarte con la salud de tus pequeños.

Escrito por Dr. Virginia Martínez

BIBLIOGRAFÍA:

  • Guerrero Fernández J, Cartón Sánchez A, Berreda Bonis A, et al. Manual de diagnóstico y terapéutica en pediatría. Editorial Médica Panamericana, 6ºed. 2017.
  • Manual de inmunizaciones en línea de la asociación española de pediatría. Tosferina. Publicado en comité asesor de vacunas e inmunizaciones. 2024.
  • Manual de inmunizaciones en línea de la asociación española de pediatría. Tosferina: la importancia de la vacunación de la embarazada. Publicado en comité asesor de vacunas e inmunizaciones. 2015.