Salud mental infantil

Durante los últimos años la salud mental infantil se ha convertido en una prioridad dentro del mundo de la medicina. A medida que aumenta la comprensión sobre el bienestar emocional en los primeros años de vida, aumenta la preocupación por el impacto de los problemas de salud mental en niños y adolescentes.
 
Existen diversos factores como los cambios sociales rápidos, el uso de las nuevas tecnologías y la presión académica, que contribuyen a crear un entorno donde los jóvenes se enfrentan a desafíos emocionales y psicológicos para los que no están preparados.
 
En este artículo exploraremos cuál es la importancia de la salud mental infantil y qué puedes hacer como padre para crear un ambiente que favorezca el bienestar integral de tu hijo.

¿Qué se entiende por enfermedad mental?

La salud mental hace referencia al bienestar completo en cuanto a cómo pensamos, manejamos las emociones y actuamos. Las enfermedades mentales, también conocidas cómo trastornos de salud mental, implican un cambio de pensamiento, emociones o comportamientos que generan angustia o dificultan la vida cotidiana.
 
En el caso de los niños, los trastornos mentales infanto juveniles suelen caracterizarse por retrasos o alteraciones en su razonamiento, conducta, habilidades sociales y control emocional. Estos problemas pueden causar una aflicción en los niños y una dificultad a la hora de desenvolverse en ambientes como la escuela o en su propia casa.

Trastornos mentales infanto juveniles más comunes

Los principales trastornos de la salud mental infantil son:

  •  Ansiedad: los trastornos de ansiedad en los niños surgen generalmente porque no saben gestionar sus miedos y preocupaciones. Estas preocupaciones impiden que el niño pueda realizar actividades acordes a su edad con total normalidad, por ejemplo, los niños no quieren participar en juegos en el colegio. Dentro de los trastornos de ansiedad se diferencian varios tipos, como el trastorno de ansiedad social, trastorno de ansiedad generalizada, trastorno de ansiedad por separación, fobias o el trastorno obsesivo compulsivo.
  • Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH): los niños que padecen TDAH tienen problemas para concentrarse, prestar atención y les cuesta gestionar el autocontrol.
  •  Trastorno del espectro autista (TEA): el TEA es una alteración del neurodesarrollo que afecta a la configuración y funcionamiento cerebral.  Los primeros signos suelen aparecer antes de los 2 años. Su gravedad puede variar en función del niño, pero generalmente a aquellos que lo padecen les cuesta comunicarse y relacionarse con otras personas. Además, encuentran una mayor dificultad en hacer cambios en sus rutinas.
  •  Trastornos alimentarios: trastornos como la anorexia o la bulimia son enfermedades potencialmente graves que se suelen iniciar en la adolescencia y que se definen por una obsesión poco saludable con un cuerpo ideal, junto con percepciones distorsionadas del mismo. En este tipo de problemas de salud mental infantil los niños o adolescentes no suelen ser conscientes de la existencia del problema y suele acompañarse de otros trastornos mentales, lo que dificulta aún más esta toma de conciencia. Además, pueden tener consecuencias físicas y nutricionales graves. Aparte de estos trastornos de la conducta alimentaria existen otros menos conocidos, como el trastorno por atracón, el trastorno por rumiación o la pica.
  •  Depresión: los niños que sufren este trastorno se caracterizan por tener una sensación constante de tristeza o melancolía y tener un estado de ánimo irritable y desanimado. Además, presentan una falta de interés por las actividades de su vida cotidiana, influyendo negativamente en sus relaciones personales y su rendimiento académico. 
  • Bipolaridad: el trastorno bipolar causa fuertes cambios de ánimo que se mueven entre la depresión y la euforia, lo que puede alterar el comportamiento, la actividad, el sueño o la lucidez de los pensamientos. Los niños y jóvenes que sufren esta enfermedad, cuando están en la fase de euforia (o manía) pueden llevar a cabo acciones o actividades que supongan un riesgo para su vida, o incluso tentativas de suicidio (sobre todo cuando presentan un episodio mixto) siendo mucho más propensos al suicidio que la población general.
  •  Estrés postraumático: el trastorno por estrés postraumático es una afección mental desencadenada por la exposición a un trauma o situación grave, como puede ser maltrato o violencia, abusos físicos o sexuales, accidentes, muerte de un progenitor, accidentes, lesiones graves, etc. Aunque no todos los niños que sufran estas situaciones traumáticas desarrollarán este trastorno, sí notarán los efectos negativos del mismo.  Se caracteriza por estrés emocional, ansiedad, miedo, irritabilidad, desesperanza, flashbacks, amnesia disociativa, pesadillas, pensamientos o sueños recurrentes, reacciones intensas ante situaciones que se parecen o recuerdan al trauma, culpa, o cambios emocionales y en el comportamiento entre otros.
  •  Esquizofrenia: este trastorno afecta a la percepción y pensamiento en la que se interpreta la realidad de un modo anormal. Conforme va progresando este desorden puede provocar la desconexión de la realidad, conocida como psicosis. Suele comenzar entre el final de la adolescencia y antes de los 30 años.  La esquizofrenia es un trastorno grave y crónico, que puede manifestarse de diversas formas, por ejemplo, alucinaciones, ideas delirantes, pensamientos desorganizados o comportamientos extraños.

¿Cómo puedo saber si mi hijo tiene un problema de salud mental?

Si tu hijo presenta alguno de estos signos o una combinación de ellos es recomendable que pidas ayuda a un profesional de la psiquiatría pediátrica o infanto-juvenil:

  •  Cambio en las relaciones que presenta con su entorno.
  •  Aislamiento.
  •  Hacerse daño a sí mismo o pensar en hacerlo.
  •  Pensamientos suicidas.
  •  Pérdida de la curiosidad.
  •  Cambios en el estado de ánimo o el comportamiento.
  •  Preocupación constante.
  •  Tristeza.
  •  Cambios en sus hábitos alimenticios.
  •  Cambios en el sueño.
  •  Problemas de concentración que provoquen la bajada de su rendimiento en el colegio.
  •  Absentismo escolar.
  • Irritabilidad.
  • Presentan un mayor nerviosismo e impulsividad.

¿Cuál es el proceso que siguen los profesionales para hacer su diagnóstico?

Una vez que hayas acudido con tu hijo a un profesional, este podrá analizar los signos del niño o adolescente para valorar qué le ocurre.
 
Una consulta para diagnosticar este tipo de trastornos puede basarse en un reconocimiento médico completo, observar el comportamiento del niño, indagar en vivencias del niño o adolescente para descubrir posibles traumas emocionales, charlas con los jóvenes para analizar cómo se comportan o su estado emocional, realizar cuestionarios, etc.
 
El diagnóstico de enfermedades de salud mental infantiles puede llevar tiempo ya que a los niños puede costarles expresar sus emociones y su manera de hacerlo dependerá mucho de su madurez. Además, se trata de un proceso diferente para cada uno de ellos ya que cada niño reacciona diferente ante determinadas situaciones o personas.

¿Qué tratamiento puede aplicarse a estos trastornos?

El principal pilar del tratamiento es la terapia psicológica o psicoterapia. La psicoterapia consiste en hablar con un psicólogo u otro profesional de la salud mental, que les facilitará expresarse, les ayudará a comprender su estado anímico y la situación en la que se encuentran y les facilitará las herramientas necesarias para hacer frente a las distintas adversidades que les causan el malestar.
 
Durante estas sesiones, los niños y adolescentes aprenden a hablar de sus preocupaciones y sus emociones mediante dinámicas adaptadas a su edad, por ejemplo, juegos en el caso de los que son más pequeños. El objetivo de estas consultas es que aprendan a gestionar las situaciones difíciles y las afronten con una conducta adecuada.
 
En caso de que el especialista lo considere necesario, podrá mandar medicamentos al niño o adolescente. Dentro de las medicinas que pueden recetar a tu hijo, dependiendo de la patología, puede estar indicado el uso de estimulantes, antidepresivos, ansiolíticos, antipsicóticos, anticonvulsivos o estabilizadores del estado de ánimo.

¿Puedo hacer algo para ayudar a mi hijo si sufre una enfermedad mental?

 Es muy importante que si tienes un hijo que padece un trastorno de salud mental infanto juvenil te informes acerca de la enfermedad. Para eso puedes pedirle al profesional de tu hijo que te de indicaciones sobre cómo actuar en ciertas ocasiones, además, puedes inscribirte en programas que están diseñados para madres y padres que tienen niños con enfermedades o trastornos mentales.
 
Aquí te dejamos una página que puede servirte de ayuda:

Es esencial que noten tu implicación y que los acompañes en este camino, por lo que es bueno que busques formas de pasar tiempo con ellos para conseguir que se relajen, jueguen y reduzcan el estrés al que están sometidos.
 
Además, otras de las cosas que puedes hacer para mejorar la situación de tu hijo es trabajar en común con la escuela. Si se crea una colaboración entre ambas partes pueden buscarse soluciones que ayuden al niño a llevar una vida cotidiana normal para una persona de su edad.
 
Hay muchos colegios que ofrecen programas adaptados a niños con trastornos mentales, por ejemplo, se les ofrece un mayor tiempo para realizar las pruebas de evaluación, entre otros.
 
En conclusión, la salud mental infantil es un aspecto fundamental del desarrollo integral de los niños y adolescentes, con un impacto duradero en su bienestar y calidad de vida. Promover un entorno seguro y estimulante, junto con la implementación de estrategias basadas en evidencias, puede suponer una diferencia significativa para la vida de estos jóvenes.
 
Es crucial que tanto padres, como educadores y profesionales de la salud se encuentren atentos a los signos de problemas emocionales y psicológicos, actuando de manera proactiva para brindar el apoyo necesario.

En Europediatría ofrecemos un servicio personalizado y de gran calidad. Contacta con nosotros mediante el formulario de contacto, el teléfono o e-mail. Estaremos encantados de atenderte y ayudarte con la salud de tu pequeño.

 Escrito por Dr. Virginia Martínez

BIBLIOGRAFÍA